
En aquella tarde de abril , cuando me dirigía hacia aquél majestuoso y encantador lugar , escuchaba el cantar de los pájaros, la voz de la madre tierra, entonces fue en ese preciso instante donde la tranquilidad abarcó mi vida por completo, me detuve en medio del sendero, para observar lo bello del paisaje y pensar un poco sobre lo que el hombre desperdicia, aquél hombre que con su contaminación estaba degradando dicho lugar, aquel hombre que con sus manos un día labró estas tierras para su beneficio, sí aquel hombre de poca cabeza que no supo valorar lo que un día tuvo en sus manos, ahora está ahogado es sus lágrimas recordando aquel momento de su vida, ese instante, ese tiempo en el cual su vida era casi perfecta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario